A pesar de ser el principio de todo, es algo que ni se aborda ni se le dedica el tiempo que se merece. Me refiero al momento del debut en diabetes, algo por lo que todos hemos pasado y que las administraciones públicas sanitarias todavía no le dan la importancia que merece, al contrario que las asociaciones. Y es que, cada vez que un niño debuta, los padres acuden a nosotros angustiados al ver a su hijo ante una situación que consideran injusta, y de la que muchas veces se culpan.
No hay duda de que el shock emocional es tremendo para estos padres, y es por ello por lo que, en ese momento, debería existir en los hospitales un protocolo de actuación psicológica donde las asociaciones también intervinieran. Sin embargo, en muchos casos las áreas de Pediatría de los Hospitales no avisan a la asociación, y lo justificaban afirmando que “no están lo suficientemente preparadas”, algo totalmente erróneo, muestra de un gran desconocimiento de qué hacemos y cómo trabajamos.
Como presidente de la Federación Española de Diabetes, expreso mi malestar por esta falta de colaboración, que se basa en afirmaciones infundadas. Y no lo digo “ofendido” como representante de las personas con diabetes, sino apenado por el grave daño que están ocasionando a los niños y a los padres, que se ven privados de un apoyo psicológico básico en un momento crítico de sus vidas.
Los padres demandan ver a otras familias que hayan pasado por lo mismo y escuchar sus experiencias para aliviar su angustia, y las asociaciones podemos actuar como magníficos conectores entre estas familias.
No quisiera acabar mi post de hoy sin mencionar a las personas adultas que debutan, porque aunque no son niños, igualmente necesitan apoyo emocional y psicológico, tras el shock que genera el diagnóstico de una patología crónica como es la diabetes. Al igual que en pediatría, se debe instaurar un protocolo en diabetes tipo 2, porque los adultos y su entorno familiar también sufre.

En definitiva y para acabar, reivindico un MÁS. Me explico: más protocolos, más apoyo psicológico y sobre todo, MÁS trabajo en equipo entre todos los implicados: profesionales sanitarios y asociaciones de pacientes.