De nuevo volvemos a comenzar con la rutina, y me gustaría hablaros sobre un tema que me preocupa en las asociaciones de pacientes: la importancia de su organización interna. Y es que, me suelo encontrar en ocasiones con problemas en su funcionamiento o con dificultades en el desarrollo de proyectos. Cuando analizo el  porqué de los fallos, al final lo que siempre se repite es que no se apoyan suficientemente ni en sus estatutos y ni en sus normas internas.

Todas las asociaciones de pacientes deben tener una buena organización y deben tener perfectamente regulado la formación de su Junta Directiva; la definición de responsabilidades de cada uno de sus miembros; y por último el cumplimiento de sus obligaciones de reuniones, con sus actas y sus decisiones, con sus asambleas y con una buena definición de sus planes u objetivos anuales. En ocasiones  veo asociaciones que se reúnen poco o nada o cuando alguien lo considera, y este tipo de funcionamiento lleva a la desmotivación y el abandono. Al final, las asociaciones son organizaciones que en su mayoría o todos son voluntarios, pero en pro de la convivencia y en la prioridad de fijar objetivos, conviene tener unas normas que hagan que el funcionamiento sea sistemático y no dependa de una o varias personas, sino de lo que establezcan sus estatutos. Soy perfectamente conocedor de las enormes dificultades de todas nuestras asociaciones, pero también soy un defensor de la gran labor que hacen en nuestra sociedad. Aunque sean pequeñas y con escasos recursos, es importante e higiénico que el buen fin de las asociaciones recaiga en sus estatutos y no en personas concretas.




Ahora que la mayoría nos hacemos propuestas de ir gimnasio o dejar de fumar, también deberíamos emplearnos a fondo en conseguir que nuestra asociación comience a funcionar de una forma más estructurada. Y recordad, las asociaciones de pacientes somos fundamentales en España y no podemos permitirnos que desaparezcan.