En los últimos años hemos integrado en nuestras vidas los avances que la investigación, tanto en España como a nivel internacional, nos ha mejorado el día a día. ¿Qué esperamos de los investigadores en los años venideros?

La realidad de los nuevos tratamientos, nuevos sistemas de medida menos invasivos, el uso de los móviles para hacer un seguimiento diario de nuestra evolución o los nuevos dispositivos “wearables” han conseguido ser una realidad. Sin embargo, aunque hubo noticias en el pasado de otros avances, algunas de estas promesas que podían mejorar la gestión de la diabetes, no han llegado todavía, o en el camino han encontrado más dificultades de las esperadas que obligaron a descartar opciones viables, fuera de la propia investigación.

Los organismos nacionales, gobiernos e instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) están orientando las acciones estratégicas para los próximos años. De esta forma el esfuerzo de los investigadores irá alineado con las necesidades a resolver, tratando de encontrar, entre todos los actores del proceso, soluciones concretas que lleguen a los pacientes.

Las áreas científicas con mayor impulso a futuro podrían ser las siguientes:

  • Farmacogenética: la Diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, obesidad y las complicaciones tienen fuertes bases genéticas que interactúan con factores ambientales y de comportamiento. Identificar aquellos factores que influyen en la susceptibilidad a la enfermedad es clave para las estrategias de desarrollo de fármacos para la prevención de complicaciones.
  • Autoinmunidad: los objetivos de investigación en esta área son la comprensión del ataque del sistema inmune que destruye las células beta pancreáticas en la diabetes tipo 1 y desarrollar nuevas terapias para prevenir o detener este daño inmune.
  • Avances de la Bioingeniería: insulina y páncreas artificial, mejora de los sistemas de medida, sensores inteligentes, ehealth, etc., que permitan acercar desde esta disciplina las mejoras para poner en marcha acciones que complemente el tratamiento farmacológico.
  • Ingeniería de tejidos y bioinformática: nuevos tejidos para ayudar en las complicaciones de la diabetes, regeneración de órganos, técnicas de reparación y cirugía especial, biomarcadores y técnicas diagnósticas de menor impacto, etc. Así como algoritmos de predicción del comportamiento de la enfermedad que prevengan las complicaciones futuras.
  • Modelos y biomuestras: investigaciones orientadas a mejorar el uso de modelos más reales y fiables, que apoyen la investigación traslacional de la diabetes desde todas las perspectivas posibles, evitando crear falsas expectativas en tratamientos que no demuestren su verdadera eficiencia.
  • Políticas y acciones para pacientes especiales: explorar la necesidad de adaptar el control de la diabetes en pacientes de distintas etnias, embarazadas, niños, con desórdenes psiquiátricos, etc., asegurando que los tratamientos llegan a todos ellos.

Es necesario tener en cuenta que no se trata de áreas aisladas, sino que hay algunos aspectos que se superponen o complementan y es necesario encontrar esos puntos de oportunidad para evitar hacer investigaciones asiladas que den resultados parciales.

Adicionalmente a estas líneas definidas, el apoyo económico es fundamental para la investigación. No es posible avanzar en resultados esperanzadores de forma altruista, y sin contar con los recursos que garanticen la seguridad del paciente antes de extenderlo a la población en general. Por todo ello, en los últimos años algunas investigaciones han quedado relegadas o en el olvido ya que las necesidades para llevarlas a cabo no siempre estaban cubiertas. 

Uno de esas investigaciones que parece que será posible en pocos años es el páncreas artificial. El páncreas artificial controlaría los niveles de glucosa en sangre de manera continua, adaptando la liberación de insulina al cuerpo cuando sea necesario. Actualmente se están desarrollando varios ensayos clínicos que con buenos resultados, están siendo evaluados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA), máximo responsable para que un dispositivo pueda llegar a ser producido y comercializado por las empresas de dispositivos médicos.

Adicionalmente, el páncreas estaría apoyado por una aplicación de teléfono móvil que llevaría un registro de nuestra monitorización. Este tema abre otro más amplio de investigación sobre la ética y seguridad de los datos que se pueden compartir actualmente sobre nuestra salud. Estos dispositivos móviles pueden ser vulnerables a ataques y es conveniente avanzar en la investigación en la ciberseguridad de nuestros daros. En esta línea los investigadores trabajan en definir nuevos protocolos y algoritmos que puedan ayudar en las alarmas, la comunicación con el profesional y la integración en la historia clínica del paciente.

Es imposible conocer hacia dónde nos llevará la investigación en los próximos años, hay tantos equipos en el mundo tratando de encontrar mejoras para la diabetes que sería difícil identificarlos a todos. Lo que nos reconforta es saber que todos ellos están trabajando para conseguir pronto nuevos resultados que mejoren nuestra calidad de vida.

No olvidemos que el ser humano es capaz de encontrar soluciones increíbles, animemos a los investigadores a descubrir cómo hacerlas posibles.


María de Mar Elena, CEO y asesora de Tecnología e Innovación en Alegra Salud